Muchas veces a la hora de intentar optimizar los equipos informáticos que tenemos se incluyen las aplicaciones que usamos de forma diaria en nuestro trabajo de manera que al abrir la sesión se abran automáticamente los mismos. Pero esta cuestión puede ser contraproducente si no se toman las debidas precauciones. Por eso hay que ser muy cuidadosos y mantener el control al abrir aplicaciones de forma automática con el inicio de sesión.
Porque un exceso de aplicaciones abiertas todas a la vez tienen el efecto contrario, puesto que pueden producir una saturación de los recursos del equipo y bloquear el equipo antes que abrir el mismo. Por eso debemos administrar los equipos para tener controladas las aplicaciones que se lanzan con el inicio de sesión.
Y es que además es una cuestión frecuente cuando se instala un programa que si tiene la posibilidad se configure para iniciarse de forma automática al arrancar el sistema operativo, sobre todo si utilizamos las opcions predeterminadas de instalación. El resultado final es que el equipo tarda en iniciar las tareas que sí queremos que se inicien porque está arrancando una serie de programas secundarios que sólo utilizamos esporádicamente.
Esta cuestión también afecta a los navegadores. Con la llegada de la navegación por pestañas, es habitual que muchos usuarios tengan varias páginas habilitadas para que se inicien al arrancar el navegador. Ocurre exactamente lo mismo. El efecto que se produce, en lugar de iniciarse antes es el contrario, puesto que tardará más en arrancar. Si queremos que prime la velocidad lo mejor es dejar una única página de inicio y utilizar los favoritos o marcadores para el resto.
En el caso de las aplicaciones si realmente necesitamos que se inicien todos los servicios que tenemos programados en el inicio lo mejor es programar su arranque de forma secuencial. De esta manera iniciamos realmente con lo básico, por ejemplo antivirus y programando el inicio del resto de aplicaciones dejando margen de 30 segundos entre ellas. De esta manera se evita el colapso de los recursos de nuestro equipo.
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