Seguimos con la crisis y con la disyuntiva de recorte de gastos en los obsequios navideños materializados en las cestas navideñas o la cuestión de siempre sobre si organizar una cena navideña entre los miembros de la empresa o no.
Es obvio que es un gasto, pero la empresa como tal necesita una cohesión humana, un nexo común que refuerce el vínculo emocional y relacional entre sus miembros y aunque nunca son comparables las grandes y las pequeñas empresas, recordemos siempre que el gran activo de cualquier pyme es su capital humano. En pro de la mejora de ese capital, no perder una tradición importante en muchas empresas o el mero espíritu navideño, aunque estemos en tiempos de eliminación de crucifijos y por ende las festividades religiosas, la pyme no debe suprimir este tipo de eventos.
Hay muchas empresas que no pasan por su mejor momento y no se encuentran en disposición de gastar ni un solo euro. Es comprensible pero también se pueden tomar unas cañas o vinos entre todos los miembros y dar una tarde libre para celebrar esa reunión informal de trabajo.
La austeridad tiene que ser la principal línea de funcionamiento de todas las empresas pero en los gastos navideños con nuestra plantilla, no hablamos de austeridad, hablamos de gastos de formación, de refuerzo del equipo que conforma la empresa; hablamos de una inversión en capital humano y motivador.
La pyme se debe diferenciar por el buen trato hacia sus miembros y no organizar aunque se un mero café es un mal síntoma para la empresa y para el trabajador. No es mejor empresa la que más gasta en estos eventos sino la que mejor consigue un buen ambiente en un evento de este tipo.
En Pymes y Autónomos | La cena de Navidad en la empresa; ¿Cesta o dinero? Imagen | Juanpol