Tener éxito con un producto o servicio que lancemos al mercado puede ser relativamente fácil. Ahora bien ya no es tan fácil mantener ese éxito y mucho menos sobrevivir a él. Pero aunque parezca mentira puede haber vida después de un gran éxito.
Puede ser que por suerte, por novedad o por lo que sea hayamos dado la gran campanada con un producto o servicio que lanzamos al mercado, pero ¿qué sucede cuando este gran éxito languidece?, ¿qué sucede cuando ya nadie le encuentra la gracia a lo que ayer era lo máximo? Pues que muchos (de no saber reconvertirse) tienen los días contados.
Querer vivir del éxito que un producto o servicio concreto haya tenido de forma permanente y definitiva está al alcance de muy, muy pocos. Al contrario, lo más habitual es que este éxito sea pasajero y que debamos buscar otro camino para mantener una senda adecuada y próspera para nuestro negocio.
Y ante esa situación, lo tenemos que tener muy claro: el gran éxito que hayamos podido tener con un producto o servicio determinado, nos tiene que servir básicamente para posicionarnos, que nos conozcan, hacer caja y preparar nuevas propuestas a presentar y lanzar, cuando eso que ayer nos daba de comer, hoy ya no nos deje ni las migajas.
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