No enseñar aquello que no queremos mostrar

No enseñar aquello que no queremos mostrar
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No enseñar a través de la pantalla nuestras partes nobles mientras estamos completamente borrachos en una perversa noche de juerga a no ser que queramos hacer negocio con ello, no aparecer en videos a cuatro patas desnudos y bailando la conga a no ser que seamos empresarios del sector de la farándula o del nudismo, o guardarnos los insultos y demás cosas por el estilo, son premisas básicas sí queremos mantener nuestra reputación en Internet, y también entonces la reputación profesional en Internet.

Que conste que decir lo anterior no significa no ser transgresor o no marcar un perfil propio, aunque a veces este sea disonante con lo “normal”. Y yo mismo soy el más claro ejemplo de ello, pues es obvio, público y notorio que muchas veces intento, persigo y construyo mi imagen en base a la provocación o al escándalo. Eso sí, provocación y escándalo siempre buscado y controlado, y es ahí donde está la clave.

No nos engañemos, lo malo no es ser escandalosos o provocativos, lo malo incluso no es enseñar nuestro trasero o aparecer en situaciones más que comprometedoras en Internet, todo eso no es malo por sí mismo si con ello vamos a conseguir la notoriedad, la imagen o lo que sea que busquemos, pero si no es así tenemos un problema.

Tenemos un problema si por ejemplo queremos transmitir una imagen de seriedad y aparecemos en calzoncillos en cualquier búsqueda, tenemos un problema si pretendemos ir a entrevistas de trabajo de sectores clásicos y distinguidos y lo único que sale de nosotros en el buscador es como nos va lo “punk” y en la doble vida que llevamos de noche. En definitiva, tenemos un problema, si lo que aparece de nosotros no se coordina con lo que somos realmente nosotros, de lo contrario, tenemos una bendición.

En Pymes y autónomos | Internet y los negocios online no son las piedras filosofales de nada Imagen | balleyne

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