En muchas ocasiones nos tropezamos con blogs o Web’s de pymes o particulares de un diseño sencillo, pero con un contenido eficaz. Dicen lo que ofrecen, aportan contenido extra para servir de ayuda al comprador, el lenguaje es claro y se puede navegar fácilmente sin que demasiada información o pestañas nos mareen en exceso.
Pero no siempre acertamos, tendemos a pensar en el comprador a través de Internet como en un ser diferente. Al que debemos impresionar. Ahí cometemos el error de la antigua publicidad que todavía sigue vigente en algunos anuncios, sobre todo en los de perfumes, donde la hipérbole va de la mano de un mundo irreal y perfecto. No ofrezcamos imágenes irreales que no nos representan.
El contenido no debe limitarse a las palabras, los profesionales inteligentes saben utilizar contenido sin texto, incluyendo fotografías, audio, clips de vídeo, dibujos animados, gráficos, etc. para informar y entretener a sus visitantes. No pasa nada por divertir unos segundos a nuestro comprador, está realizando un esfuerzo al entrar en nuestro espacio, se merece un premio, un guiño.
Las fotografías genéricas, las típicas con modelos de varias nacionalidades, felices y guapos, en una sala de reuniones fingiendo ser los empleados de una empresa,pueden tener un efecto negativo. La gente se dará cuenta enseguida de que en esa imagen no aparecen los empleados de la empresa. Ni usted, ni sus empleados son genéricos.
Y sin contradecirme, debo puntualizar que aunque las fotografías, gráficos y otros materiales sin texto son una gran aportación en los sitios Web, hay que tener cuidado con las imágenes demasiado grandes y con contenido multimedia que desvíen la atención. Todo ha de estar presente en su justa medida. Los visitantes quieren acceder al contenido con rapidez, les gustan los sitios en donde el contenido se cargue rápido.
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