Todos los caminos de la productividad llevan a la oficina cerrada

Todos los caminos de la productividad llevan a la oficina cerrada
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Cuando todos los estudios señalan hacia una dirección, es posible que haya que replantearse algunos conceptos. Es el caso de la oficina abierta, implantada y potenciada desde hace décadas en muchas compañías y cuyos efectos no son todo lo positivos que se podría esperar. Otro estudio de la Universidad de Sydney vuelve a dejarlo claro: el ruido y la falta de privacidad son los grandes problemas que siguen sin ser compensados por las ventajas de la modalidad.

En este mismo blog, hace apenas un mes, nos referíamos al estudio elaborado en Estados Unidos en relación al nivel de satisfacción de 40.000 trabajadores. Y la conclusión fue similar. Sin embargo, no se trata de un resultado atípico, ni que rompa tendencias, sino que confirma lo que vienen reflejando muchas de las investigaciones llevadas a cabo hasta ahora.

En este artículo del Daily Mail de hace un par de años, se refieren a varios estudios llevados a cabo en los últimos años. Uno del University Collegue London a 20.000 profesionales británicos, que concluía: más de la mitad se quejaba de la falta de privacidad, la temperatura y de espacios silenciosos. Otro de académicos australianos en 2009 que iba más allá: las oficinas abiertas estaban haciendo a trabajadores ‘enfermos’.

El último estudio es el que tiene lugar en la Universidad de Sydney. Y en este se repite de nuevo el patrón sobre qué es lo que genera mayor insatisfacción entre los trabajadores tanto en las oficinas abiertas como en las que cuentan con compartimentos. La falta de privacidad (visual y auditiva), los niveles de ruido y la temperatura son las principales quejas.

Oficina_Abierta

En esa investigación, le dan la vuelta al argumento: ¿Qué es lo que generaría mayor satisfacción a los trabajadores? Un mayor espacio de trabajo (privado) y la propia privacidad son los dos fundamentales. La conclusión del estudio es llamativo: los empleados de oficinas cerradas eran los que se consideraban más felices y los que lo hacían en espacios abiertos pero divididos en compartimentos (‘cubicles offices’ en inglés) son los que tenían los niveles más bajos de satisfacción.

Como decía en el artículo de hace algo más de un mes, no creo que haya que extraer conclusiones precipitadas. Pero sí que es cierto que si todos los estudios e investigaciones señalan hacia una dirección, debería hacer reflexionar a las empresas sobre cuál debería ser la mejor forma de organizar a sus empleados en la oficina.

En Pymes y Autónomos | ¿Es la oficina abierta un riesgo para la productividad en la empresa? Imagen | mrdorkesq

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