Mantener la productividad en verano trabajando en casa, ¿mito o realidad?

Mantener la productividad en verano trabajando en casa, ¿mito o realidad?
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Una de las desventajas de trabajar en casa son las continuas interrupciones. Una de sus ventajas poder conciliar vida personal y laboral. Lo malo es que en verano muchas veces esto implica que si tenemos hijos nos toca quedarnos con ellos en casa, por eso mantener la productividad en verano trabajando en casa se hace todavía más complicado.

Depende mucho del grado de dependencia que tengan los niños, ya que no es lo mismo trabajar en casa con niños de 3 años que con niños de 10. En todo caso tenemos una serie de soluciones que podemos adoptar a la hora de adaptar nuestros horarios de trabajo para lograr ser productivos en casa.

Cómo organizar tu día a día si trabajas en casa con niños

Si tenemos suerte tenemos un despacho en casa donde trabajar, pero tampoco podemos tener la puerta cerrada y aislarnos del mundo. Por eso lo mejor es madrugar por las mañanas, cuanto más mejor. Si nos levantamos a las 6 de la mañana y empezamos la jornada, con un poco de suerte si son dormilones, cuando se levanten a las 10 ya hemos cumplido con la mitad de nuestra jornada.

Eso si, sabiendo que son las horas más productivas que posiblemente tengamos a lo largo del día tenemos que ponernos a trabajar sin distracciones y concentrados al máximo, para no perder el tiempo en responder correos electrónicos, organizar tareas, etc. Todo esto lo podemos hacer en otros momentos, a ratos perdidos sin demasiados inconvenientes.

Después tenemos que preocuparnos de buscar o realizar actividades programadas con las que puedan estar entretenidos. Un par de horas por la mañana para que hagan deberes, leer o actividades del cole, después ver un película o salir a la piscina a darse un baño si tenemos esta opción. Esto nos da la oportunidad de adaptar nuestro trabajo a su horario. Ya no seremos tan productivos, pero tendremos dos o tres horas más para trabajar y casi hemos concluido nuestra jornada.

Por último tenemos que evitar improvisar, tanto a nivel de intendencia básica, con comidas, baños, etc. como las actividades que programamos para que no se aburran en casa y hagan algo divertido y a la vez didáctico. Con las opciones de movilidad que tenemos hoy en día podemos programar actividades en el exterior, donde nosotros también podemos hacer determinados trabajos más livianos.

Otra de las cuestiones que debemos evitar es frustrarnos por que los planes de trabajo no se pueden cumplir. Tenemos que saber ser flexibles. Nuestro objetivo es trabajar ocho horas al día y ser capaces de concluir las tareas lo antes posible para disfrutar de la familia. Si hay que hacer algún cambio tenemos que ser capaces de adaptarnos y reprogramar nuestros horarios.

Cómo salvar los agentes externos

En otras ocasiones no son los hijos los que nos cambian las rutinas sino los agentes externos. Por ejemplo, lo mejor es no trabajar cerca de la terraza o la zona de piscina, donde otros vecinos o amigos pueden estar disfrutando de actividades al aire libre. Muchos tendrán vacaciones y la facilidad para desconcentrarnos es mayor que en otras épocas del año.

También es importante trabajar con la climatización adecuada. El calor, muchas veces sofocante, nos impide rendir bien. A veces basta con trabajar en una habitación cerrada donde tengamos aire acondicionado para darte cuenta que tu productividad ha mejorado mucho. La sensación de sofoco hace que simplemente no puedas ni pensar en otra cosa que no sea refrescarte.

Los amigos de vacaciones muchas veces son un peligro. Nos proponen actividades, salidas a horas nocturnas cuando la temperatura baja, etc. No tenemos por qué dejar de hacerlas, simplemente tenemos que ser capaces de adaptar nuestros horarios. En todo caso si la carga de trabajo es muy alta, siempre podemos declinar la oferta, pero tampoco tenemos que renunciar a una de las ventajas de trabajar en casa por mantener un horario fijo.

Por último es importante seguir manteniendo rutinas saludables, tanto a nivel físico como mental, que no acaben por hacernos trabajar en casa todo el día en pantalón corto. Salir a dar un paseo, a tomar un café por la mañana, hacer un poco de deporte antes o después de trabajar, etc. nos ayudarán a despejar mente y cuerpo de nuestro trabajo.

Nunca es sencillo trabajar en casa, pero si sabemos aprovechar bien el tiempo podremos disfrutar del verano, los amigos, la familia y no sentirnos frustrados por tener que seguir trabajando mientras todo el mundo está de vacaciones. Eso si, nadie dijo que fuera fácil conseguirlo.

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Imagen | Pexels

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