La titánica tarea de pilotar tu proyecto en mitad de una gigantesca tormenta

La titánica tarea de pilotar tu proyecto en mitad de una gigantesca tormenta
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La crisis está siendo un reto de enormes dimensiones para las empresas y autónomos. No ya por las dificultades que de por sí implica para la actividad económica y su negocio, sino por obligar a pilotar el proyecto en mitad de una gigantesca tormenta. Aprender a convivir en el día a día con ello no resulta fácil y muchas están aprendiendo a base de golpes. La toma de decisiones, la elaboración de una estrategia a medio-largo plazo vienen marcadas por unas condiciones difíciles. Hacerse fuerte con ellas y plantearlas como un reto más es la tarea más compleja, pero la más inteligente.

En situaciones como la que vivimos, los autónomos y empresarios suelen cometer dos errores muy comunes:

  • No aceptar la dura realidad. Es la estrategia del avestruz, esconder la cabeza y hacer como si el mercado y sus condiciones estuvieran exactamente igual que antes de que se desatara la tormenta. Implica no asimilar el presente para tomar medidas con las que cambiar el futuro.

  • Regodearse en los lamentos y buscar excusas. Dolerse por los tiempos que le han tocado no sirve para nada si eso no desemboca en un cambio de actitud y de estrategia con la que modificar el entorno.

Factor psicológico

El factor psicológico es, realmente, decisivo. No dejarse llevar por el aluvión de datos negativos, por las duras experiencias del entorno, por las previsiones económicas pesimistas... No resulta sencillo entender que eso, queramos o no, forma parte de la batalla y que la estrategia debe construirse tratando de superar esas circunstancias.

No es, ni mucho menos, fácil aceptar que esa batalla por llevar adelante el proyecto que soñó se deberá librar, al menos en este corto-medio plazo, en ese terreno resbaladizo, embarrado, inestable... Admitir, por tanto, que de nada sirve lamentarse por ello, si no acaban poniéndose todos los medios para cambiarlo.

¿Y qué hacer?

Y para cambiarlo, se necesitan muchas cosas que variarán dependiendo del proyecto y sus circunstancias. Pero desde el sentido común, ese que debe reinar en el día a día para afrontar su complejidad, hay algunos factores que podrían ser importantes:

  • Un buen liderazgo: Si la cabeza visible del proyecto se encuentra perdido y no dirige el rumbo con firmeza, será complicado que el equipo esté preparado para superar las numerosas adversidades.

  • Análisis frío. Medir el entorno, las fuerzas (del empresario o del autónomo), los puntos fuertes y débiles, las posibilidades y las salidas factibles. Siempre sin dejarse llevar ni por una euforia desmedida, ni tampoco por un nocivo desánimo.

  • Tomar decisiones y actuar. Tras ese análisis, deben llegar las decisiones y, sobre todo, las acciones. Tanto si la conclusión, tras una reflexión pausada, es que hay que frenar, como si es que hay que seguir cambiando algunas cosas, adelante. Lo peor es quedarse parado en mitad de la tormenta, sin paraguas y sin actuar.

Conclusión: difícil, pero necesario

Quien diga que todo esto sobre el papel es muy sencillo pero que lo difícil es llevarlo a la práctica cuando la tormenta arrecia con fuerza no se equivoca en absoluto. Por supuesto que no es un camino de rosas pero, no es menos cierto que nadie dijo antes de empezar que lo fuera.

En esta etapa que nos ha tocado vivir la inestabilidad y la incertidumbre son compañeros de viaje a los que hay que hacerles un hueco casi por obligación. No significa que estropeen la travesía, ni que la hagan más angustiosa. Forman parte del paisaje en este cambio de época, como dice Marc Vidal. Sólo queda aceptarlo y tomar medidas para que pasen de ser cadenas a un resorte.

En Pymes y Autónomos | El optimismo es la clave para salir adelante Imagen | Simon & His Camera

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