La entrevista perfecta

La entrevista perfecta
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Debido a los costes que supone una selección de personal profesional, en muchas ocasiones decidimos hacerla por nuestra cuenta. Así seguimos el proceso habitual, insertamos un anuncio en conocidas webs de empleo o en revistas de distribución gratuita de nuestra localidad, recibimos varios currículos, y ahora viene la parte más difícil, la selección de candidatos, entrevista y cierre.

Por suerte, he estado a ambos sitios de la barrera, y siempre he intentado respetar una máxima, no hagas a los demás, lo que no quieres que te hagan a ti. Por lo que en primer lugar la cordialidad y la sinceridad deben presidir todo proceso de selección.

Una vez seleccionado los currículos, los citamos para un día en concreto, es importante establecer un horario para realizar dichas entrevistas, pues si las programamos en un día de mucha actividad, no podremos atenderlas correctamente, estaremos nerviosos y sin centrarnos en las mismas.

Aunque suene obvio, es más que conveniente leer el currículo antes de entrar a entrevistar a nuestro candidato. Subrayar aquellos datos que nos parecen interesantes, para luego poder centrar la conversación en los mismos.

No intentemos copar la conversación hablando siempre nosotros, nos interesa los que nos tienen que contar, por lo tanto comencemos preguntando de forma genérica, bien sobre la formación, bien sobre la experiencia profesional desarrollada, para luego ir concretando.

Muchas veces el candidato estará nervioso, y es totalmente lógico, está en un entorno que desconoce con una persona que le está preguntando sobre su pasado y futuro, intentemos relajar la conversación, que la persona se sienta confiada, y que pueda hablar con toda franqueza.

Recuerdo en una ocasión, cuando seleccionaba a una joven para un puesto de auxiliar administrativa, que en un golpe de sinceridad me comentó que ella “realmente era muy vaga”, tuve mis dudas sobre si sabía muy bien lo que acababa de decir, por lo que le di la oportunidad de corregir el comentario, pero pareció que no se equivocaba, y cerró su intervención con “mi madre siempre me lo dice”. Obviamente quedó descartada.

En el próximo post, trataré la conclusión de la entrevista, y os propondré un método de valoración de la misma.

Imagen | Tsk

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