Encontrar un empleo con más de cuarenta y cinco años, una odisea

Encontrar un empleo con más de cuarenta y cinco años, una odisea
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Desde que comenzó la crisis económica se ha dado una importancia, a mi juicio,exagerada al paro juvenil. Una persona con veinte años en la actualidad tiene un largo camino por recorrer, tanto en su vida personal como profesional. En cualquier conversación donde lo normal no sea que todos estén trabajando, el comentario "qué ocurre con la gente de más de cuarenta, ¿son invisibles?" es el habitual, es la pregunta del millón.

Las empresas no venden experiencia, en su lugar venden juventud. 'Contamos con un equipo joven' y una se pregunta ¿y qué? ¿Acaso ese aspecto convierte su labor en más eficaz? Uno puede haber cumplido veinticinco años y contar con un bagaje que se base en memorizar datos y coleccionar títulos; pero el mensaje cala y abarca a todos, a los que valen y a los que no, sin embargo ¿qué ocurre cuando has cumplido cuarenta y estás lleno de energía y experiencia? Encontrar un empleo con más de cuarenta y cinco años más que un reto es una odisea.

La juventud está sobrevalorada

No se trata de ofender a unos para defender a otros, pero no podemos negar la mayor. Muchos chavales decidieron dejar de estudiar y ahora se les facilita el acceso a títulos de capacitación profesional. El ser joven hace veinte o treinta años no era sinónimo de facilidad, al revés. El que algo quería algo le costaba.

El ministerio de trabajo intenta que los jóvenes sin estudios abandonen la lista del paro, y aquellos que estén dispuestos acogerse a esta ayuda deberán hacer un mínimo de 400 horas de cursos de formación intensiva.

Es negativo e injusto generalizar, pero mientras hombres y mujeres que lucharon por sus carreras, grados, o por formarse en una profesión andan ahora en el limbo laboral sin que nadie les dé una oportunidad, al que decidió no estudiar se le allana el terreno. Como menos, resulta curioso. El que está preparado tiene que hacer las maletas y el que se mantuvo quieto ahora recibe ciertas facilidades.

La inseguridad al soplar las velas

Cumples cuarenta pero desde los treinta y cinco también podemos imaginar esta escena: te quedas sin trabajo. Hace unos diez años pensabas que con esa edad tendrías una pequeña estabilidad y una alta confianza en tu persona. No es así. Cuentas con una buena formación, has trabajado duro para una empresa muchos años o has ido cambiando de empleo y aprendiendo de cada experiencia, pero todo eso ahora no sirve.

La baja autoestima forma parte del nuevo problema, el desempleo. Seamos francos, ¿cuántas ofertas demandan a una persona que haya pasado de los cuarenta? Pocas. Uno se siente desconcertado. ¿Acaso no es un valor para la empresa la experiencia? Si me tuviera que operar un cirujano preferiría que lo hiciera uno que lleva muchas operaciones a sus espaldas que un chaval que se acaba de licenciar, es obvio.

¿Queda alguna esperanza entonces para los menos jóvenes?

Para el mercado laboral este perfil es invisible en diversos sectores. ¿Existen prejuicios a la hora de contratar a una persona que no tenga veinte años? Sí, pero no podemos obviar que también se ha pensado en ellos a la hora de realizar un contrato que beneficie al empresario, que se lleve más o menos a la práctica es otra discusión.

Gobierno y Comunidades Autónomas ofrecen ayudas y bonificaciones a las empresas que contraten a mayores de 40 años. Bonificaciones en el pago a la Seguridad Social a las empresas que contraten personas mayores de 45 años con un contrato de trabajo indefinido.

Cada uno de estos contratos da derecho a una bonificación de la cuota empresarial de la Seguridad Social de un 45% a un 55%, dependiendo de las características del contrato:

-El primer año el 50% y el resto de la vigencia el 45% en el caso de los trabajadores de 45 a 55 años.

-El primer año el 55% y el resto de la vigencia el 50% en los trabajadores de 55 a 65 años.

Conclusión

Según recogía el diario Expansión,el número de parados con más de 45 años se ha multiplicado por cuatro desde el inicio de la crisis y ha pasado de 413.100 en el tercer trimestre de 2007 a 1.824.500 en el mismo periodo de 2013, lo que supone un aumento del 341,6%, según la patronal de las agencias de colocación Asempleo.

En su "Informe Regional Asempleo del mercado laboral" correspondiente al tercer trimestre de 2013, Asempleo revela que una de cada tres personas que han perdido su empleo durante la crisis tiene más de 45 años.

Las conclusiones que se extraen son: a mayor nivel formativo menor es la tasa de paro, en todo caso es un estudio. La salida que muchos desempleados encuentran es además de seguir formándose, es unir fuerzas en vez de quedarse en casa o rodearse de personas en la misma situación. Mantener una actitud positiva, activa y ampliar el círculo de contactos resulta fundamental.

Existen asociaciones donde además de trabajar en la gestión emocional del paro de larga duración, los miembros de las asociaciones realizan tareas de sensibilización social y formación, su objetivo es empezar a tejer una red de contactos con empresas y centros de búsqueda de empleo para conseguir oportunidades de trabajo.

Queda espacio para la esperanza siempre y cuando a nivel personal nos demos cuenta de nuestra valía y cada día suponga un reto por el que merezca la pena luchar, rendirse nunca, esa opción no es negociable. Este país está lleno de héroes anónimos que no sé si se reinventan pero desde luego no están dispuestos a tirar la toalla. Ni con 45, ni con 50 ni con 60 años.

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