El mito de la startup que retira al emprendedor, empresas viables o de efecto burbuja

El mito de la startup que retira al emprendedor, empresas viables o de efecto burbuja
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Con la llegada de las startups uno muchas veces tiene la impresión que el objetivo es ir cumpliendo rondas de inversión para ir creciendo, pero que en la mayoría de los casos la empresa acaba por no ser viable. Al menos viable para un modelo de negocio de crecimiento exponencial que nos marcan los inversores. Muchas empresas podrían operar tranquilamente, ser rentables, generar beneficios, aunque difícilmente con un margen tan amplio como para devolver las inversiones realizadas multiplicadas por muchos ceros.

Un ejemplo lo podemos ver con la situación actual de Hawkers, la empresa que fabrica gafas de sol y donde su principal captación de clientes se realiza a través de Facebook o Google. Se ha escrito mucho de ellos, se ha alabado su modelo de negocio, ha levantado diferentes rondas de inversión, pero lo cierto es que el futuro de la empresa no está claro.

No es el único caso, con Hundredrooms ha pasado algo parecido. Después de levantar la expectación de los inversores, de recaudar más de 11 millones de euros, los despidos en la plantilla han afectado casi a la mitad de sus trabajadores. El problema es similar al de Hawkers, el coste de captación del cliente.

Está muy bien hacer grandes anuncios en la televisión, fichar a Messi para que anuncie tu producto o que los famosos salgan con su propia linea de gafas de sol. Pero si eso no se traduce en un aumento de ventas muy importante, que compense la inversión realizada, no lleva a ninguna parte. En ambos casos su modelo de negocio se ha visto distorsionado por esta circunstancia.

Son solo dos ejemplos, pero hay muchos más donde la empresa no llega a buen puerto por diferentes motivos. El objetivo tiene que ser tener cuentas saneadas, no crecer a ritmo de ronda de financiación, algo que no es sostenible en el tiempo. Esto es algo que la empresa que no acude a la financiación externa tiene mucho más presente.

El mejor inversor es el cliente. Es la estrategia del caracol, más lenta, un crecimiento que tal vez no de para vender las acciones de la empresa en dos o tres años y dejar de trabajar el resto de la vida. Pero es la que sostiene el empleo y la economía en el mundo a largo plazo.

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Imagen | StartupStockPhotos

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