El blindaje de los puntos fuertes

El blindaje de los puntos fuertes
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Supongo que todos aquellos de vosotros que trabajéis en áreas de gestión sabéis lo que es un DAFO. Voy más allá: seguramente todos habéis realizado más de uno. Es una de las herramientas más usadas, y a pesar de ello, o precisamente por ello, no excesivamente bien utilizada. Pero partamos de que, el mero hecho de sentarnos, de analizarnos a nosotros mismos, a la competencia, al entorno, es bueno de por si, con independencia de que sepamos extraer todo el potencial de esta veta. Permitidme un pequeño ejemplo, y además de cierta actualidad.

Hoy el Fútbol Club Barcelona acaba de ganar la Copa Mundial de Clubes. Y lo hace en un año en el que muchos criticaban a su técnico por fichar a Cesc Fábregas. Los críticos entendían que había que reforzar los puntos débiles del equipo, y precisamente el centro del campo no era uno de ellos. Apuntaban a la defensa como la parte más floja en efectivos. Guardiola valoró esas opiniones en su justa medida: fichó a Cesc y a un delantero. Reforzó sus puntos fuertes. Algunos vieron en ello un ataque de divismo. Otros, como explica Martí Perarnau en su blog, intuyeron que se trataba de una apuesta de gestión, y lo ilustraban con una anécdota bélica.

Hay una historia clarificadora al respecto. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ministro británico del Aire convocó fórmulas para blindar sus bombarderos y evitar tantas bajas. Un matemático, Abraham Wald, examinó los aviones perforados de balas y lanzó una propuesta a contracorriente: “Hay que mejorar el blindaje de los aviones justo en los lugares en los que estos no han sido alcanzados”. Wald escandalizó a los expertos del ministerio, pero tenía razón: si aquellos bombarderos habían logrado regresar a la base pese a ser ametrallados en varias zonas, significaba que podían volar a pesar de los agujeros. Por tanto, convenía reforzar las zonas no agujereadas, las mismas que probablemente habían supuesto el derribo de otros aviones. Wald, fundador del análisis secuencial, tuvo razón en la cuestión de los bombarderos británicos: no eran los puntos débiles los que había que reforzar, sino los fuertes. En eso imagino a Guardiola: en reforzar a sus centrocampistas y recordarle a Messi que será más grande como individuo si se fusiona en el colectivo.

Si la manera tradicional de usar un DAFO recomienda corregir las debilidades y mantener las fortalezas Guardiola optó por una visión más radical: las fortalezas hay que reforzarlas aún más, hay que centrar los esfuerzos en el hecho diferencial, en aquello que es crítico, que es la diferencia entre que el equipo funcione o no funcione. Y eso en el Barcelona es el centro del campo. Ahora cabe preguntarse cuál es el centro del campo para cada una de vuestra empresas. No lo dejéis pasar, que el fin de año es tiempo de DAFOs.

Vía | Perarnau Blog
En Pymes y Autónomos | Convirtiendo amenazas en oportunidades, La importancia del análisis DAFO
Imagen | The Library of Congress

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