¿Cómo afrontar una entrevista de desvinculación?

¿Cómo afrontar una entrevista de desvinculación?
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En materia de entrevistas laborales está muy extendido analizar las destinadas a realizar contrataciones aunque en estos momentos no sean las más habituales. Como resultado, las entrevistas de desvinculación o despido son víctima de la improvisación y están muy descuidadas en las empresas.

Cuando una sociedad decide terminar su relación con un trabajador se vive un momento de tensión que resulta complicado de afrontar por ambas partes. Más allá de si el despido atiende a motivos de rendimiento, a circunstancias de la empresa o al deseo del empleado, estamos ante una importante fuente de información.

Si queremos llegar a estos datos deberemos estructurar la desvinculación mediante una entrevista con la que minimizar, en lo posible, el golpe que puede significar para el trabajador pero aprovechando la ocasión para recoger datos útiles gracias a la libertad con la que puede hablar el ex-empleado.

La decisión ya está tomada

Por mucho que suavicemos el mensaje este puede ser demoledor para la moral del empleado, pero aún así es bueno ir comunicando los resultados o hechos que han ido convirtiéndose en motivos de despido de forma personal hasta llegar a comunicarlo de forma inequívoca.

¿Secretos? Tener las cosas claras y explicar los motivos con tacto, tranquilidad y sin revanchismos ni ganas de herir (si lo digo es por algo). Más allá de esto es difícil hablar de secretos ya que, como en todo, la virtud se encontrará en adaptarse a cada caso particular.

Eso sí, el llamamiento al trabajador debería realizarse de forma discreta y la entrevista puede ser realizada por su encargado más próximo, la dirección general o ambos según el caso y la empresa.

Desde este momento podemos encontrar respuestas pasionales, agresivas... acompañadas por lágrimas, gritos e incluso ruegos, todo es posible. Cada persona reacciona de una manera diferente aunque "académicamente" podamos catalogarlos como agresivos, pasivos, activos o depresivos.

Sea como sea lo mejor suele ser escuchar, mantenerse en calma y no entrar en el mismo estado que la otra persona. La decisión está tomada y en cuanto se asuma este hecho será el momento de buscar información pero sin confundir ni crear falsas expectativas, la decisión es irreversible.

Los datos

Con el despido normalmente se termina la relación con la persona y se derriba uno de los muros que evitan que se hayan hablado con total honestidad sobre la empresa: la dependencia.

Promover y escuchar esta información puede ser incómodo para el responsable pero si ha optado por esta fórmula deberá recoger y analizar estos datos de forma activa estudiándolos en su contexto. Puede que no exista otra oportunidad.

Los datos deben salir de forma natural y nunca mediante formularios dado que la situación es de todo menos cómoda para las personas implicadas. ¿En qué cosas podemos mejorar? puede que el ex-empleado nos dé algunas claves pero también puede que hable por despecho, en cualquier caso hay que escuchar activamente para poder analizar los problemas más relevantes.

Muchos directivos oyen estos datos pero ni los anotan ni los atienden achacándolo todo al momento pues solo quieren que se termine esa incómoda situación ¿Cuántos despidos se habrán comunicado por teléfono o email?.

Prestar atención puede ser especialmente útil y es que no es lo mismo oír que escuchar... si entiendes esta diferencia estoy seguro de que podrás sacar datos interesantes de la entrevista. Hay que afrontar el momento y no evitarlo, también se lo debemos al trabajador.

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