Aquí no se moja nadie

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Uno de los monólogos más divertidos es el que os acabo de colgar, Los frutos secos, de Luis Piedrahita. Como diría Hictchcock, empieza con un climax y luego vete subiendo. Esa pregunta de si un cacahuete flotando en una piscina sigue siendo un fruto seco es demoledora. Apela al mecanismo del absurdo, de la comparación de dos cualidades pertenecientes a planos distintos para llevar al publico a la sorpresa, a la incomodidad mental que se soluciona con la carcajada. Pues bien Luis, no tengo respuesta a tu pregunta, pero si que te puedo garantizar que hay profesionales, empresarios, clientes, incapaces de mojarse. Para suceder al mítico Aquí no hay quien viva propongo un Aquí no se moja nadie.

Situémonos. La situación esta cruda. Tu jefe, tu proveedor, tu cliente, etc, intenta evitar cualquier tipo de compromiso, especialmente cuando de ello puede derivarse cualquier situación incomoda o comprometedora en un futuro. Entiendo perfectamente que hay cosas que no pueden ponerse por escrito por múltiples motivos, pero observo esta tendencia creciente en los últimos meses incluso para los asuntos más nimios. ¿Vosotros no? Os propongo que reflexionéis un momento conmigo.

Pensad en esos momentos en los que habéis necesitado que alguien os confirme algo, algo que esta dentro de su ámbito de decisión, no del vuestro. Ya digo que puede ser una decisión dentro de una relación laboral o comercial, lo que sea. Intentad recordar cuantas veces lo habéis solicitado por escrito, generalmente por correo electrónico. Pues bien, empieza a ser habitual que haya gente que no responda jamas por correo o por escrito. Lo hace por teléfono, con la excusa de que es que así te lo respondo más rápido, con el correo me lío, o la mejor, con la excusa de aclarar algún punto. Mentira podrida. Simple y llanamente no están dispuestos a que el día de mañana ese mail, ese correo les comprometa.

Alguno puede pensar que exagero, pero si lo observa con detenimiento, es posible que le surja la paranoia. Es muy sencillo, si dudáis insistid, y entonces descubriréis la verdad sobre ese trabajador, proveedor o jefe que jamás pone por escrito las instrucciones más delicadas. Por ejemplo, en el Ministerio del Interior, que en la mejor tradición de si-te-pillan-no-te-conocemos niega, ya que lo sabe muy bien, la ausencia de instrucciones escritas a partir de determinado nivel, todo un arte en eso de dejar con el culo al aire a los mandos intermedios.

¿Qué os recomiendo y que suelo hacer? escribir lo que hay escribir, asumir las propias responsabilidades, matizando muy mucho las palabras, eso si, para evitar confusiones, y sujetando los documentos a las cautelas y condiciones necesarias. Todo lo demás es de cobardes.

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