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¿Cómo prepararte para presentar las trimestrales de tu negocio?

¿Cómo prepararte para presentar las trimestrales de tu negocio?
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Las trimestrales de IRPF o IVA son un aspecto fundamental de nuestro negocio. Se trata de un trámite del que cualquiera que tenga que ver con un autónomo seguro que ha oído hablar, pero son solo los empresarios más experimentados los que saben controlar el negocio para afrontarlo con garantías.

A la hora de enfrentarse a estas trimestrales, pueden existir dos tipos de pequeños empresarios, los que son un desastre y no planifican nada, o aquellos, que de manera organizada, y con ayuda de algún programa de contabilidad de autónomos resuelven la presentación de estos modelos fácilmente.

¿Qué son las trimestrales de los autónomos?

Desde el momento en que el autónomo se da alta e inicia la actividad, ya le surgen varias obligaciones; entre ellas, las declaraciones trimestrales. Veamos grosso modo cuáles son:

  • La declaración trimestrales del IRPF de los autónomos que grava su beneficio, también conocida como autoliquidación del pago fraccionado del IRPF. Este trámite se realiza a través de los modelos 130 y 131, y es una cantidad a cuenta que le ingresaremos (en caso de tener beneficios) a Hacienda.

  • La declaración trimestral del IVA o del IGIC, que consiste en presentar a Hacienda la compensación entre el IVA/IGIC soportado en las facturas cuando compramos y el repercutido en las facturas de venta.

  • La declaración trimestral de las retenciones, entre las cuales podemos encontrar las del alquiler del local, que se realizan a través del modelo 115, o las de nuestros empleados o profesionales que nos facturan, a través del modelo 111. En ambos, en la factura, en caso de los profesionales o el local, o en la nómina en caso de los empleados, se retiene un porcentaje obligatorio en concepto de IRPF que tendrá que ser ingresado a Hacienda cada tres meses.

Tener claro el calendario fiscal

Ni que decir tiene que, como su nombre indica, estamos hablando de un trámite al que los autónomos se enfrentarán cuatro veces al año, por lo que hay que tener siempre muy presente el calendario fiscal para evitar que se pasen los plazos.

Los principales plazos de los autónomos para presentar los impuestos son los siguientes:

  • Primer trimestre: del 1 al 20 de abril
  • Segundo trimestre: del 1 al 20 de julio
  • Tercer trimestre: del 1 al 20 de octubre
  • Cuarto trimestre: del 1 al 30 de enero del siguiente ejercicio fiscal

Una reunión con tu asesor

Uno de los aspectos más importantes que tiene que hacer el autónomo es reunirse con su asesor antes de comenzar la actividad, ya que en esa reunión se decidirán varias cosas. Entre ellas, cómo le haremos llegar la documentación (algo que simplificará, por ejemplo, con el uso de un programa de facturación online) y, sobre todo, y quizá más importante, los criterios para saber qué gastos meter o simplemente cómo hacer facturas.

La comunicación con el asesor debe fluir en ambos sentidos y ser constante, y no solo al comienzo de la actividad. De no ser así, podremos estar cometiendo errores, siendo igualmente importante que no se descuide que haya feedback y que se nos explique los resultados de cada trimestre y se nos devuelvan los modelos ya presentados.

Ordenar, clasificar y afinar tu programa de contabilidad para autónomos

Debemos tener muy claro cómo guardar nuestras facturas y documentos, y cómo se los haremos llegar a quien nos presente las trimestrales, ya que puede ser que mensualmente, en lugar de trimestralmente, momento que aprovecharemos para escanear y guardar todo también de manera digitalizada; ni que decir tiene que hay soluciones para hacer facturas online que nos facilitan todo esto.

Para ello, tendremos no solo que manejar nuestras facturas, sino también controlar y separar qué gastos son inversión y cuáles no; gestionar de forma adecuada las nóminas de nuestros empleados, los recibos bancarios de los seguros y no olvidarnos de los cuadros de amortización de los préstamos.

Hacer estimaciones de lo que nos tocará pagar

El autónomo debe tener un plan de tesorería para poder hacer previsiones de la disponibilidad y de los gastos que se irán sucediendo a corto plazo, pues en la presentación de estas trimestrales juega un papel fundamental.

Y es que estos planes de tesorería nos deben permitir hacer estimaciones de lo que nos tocará ingresar en estas trimestrales; en el caso del IRPF, lo podemos saber si tributamos por el sistema de módulos, puesto que se trata de una cantidad fija, pero si estamos en estimación directa, tendremos que calcular el 20% sobre los beneficios; si hablamos de los empleados o el local, lo tenemos fácil, ya que suelen ser cantidades normalmente fijas.

En el caso del IVA o el IGIC, habrá que hacer cálculos de aplicar a los ingresos o gastos del trimestre los porcentajes que corresponden por estos impuestos indirectos.

Tener dinero en el banco

Por último, y no menos importante, debemos tener claro cuándo va a pasarse el cobro por el banco del importe a pagar y asegurarnos de tener el saldo correspondiente. Si hemos contemplado todo lo comentado hasta ahora, será más fácil, ya que podremos hacer buenas provisiones de fondos mensuales para ir separando el dinero que nos va a tocar pagar trimestre a trimestre.

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