Todo aquel que ha tenido una impresora en casa o en el trabajo sabe los costes que esta puede acarrear. No solo en mantenimiento puro y duro de la misma, sino que son unos dispositivos que necesitan de tinta o tóner para funcionar, los cuales deben de ser recargados cuando se consumen. Este momento puede llegar más pronto o más tarde, según sea el volumen de impresiones que realicemos cada día, pero cuando llega supone un importante desembolso.
Las impresoras láser, suelen ser un caso aparte. Las impresoras que más consumo realizan son las de inyección a tinta, y todo depende de la asiduidad con la que lo usemos, pero en gran medida una correcta elección de los componentes influye y mucho a la hora de que la impresora lo aproveche más o por el contrario consigamos menos impresiones aún siendo la misma cantidad de tinta. Evidentemente, la casa siempre te va a aconsejar que utilices sus recambios. Estos serán los que mejor se adaptarán a tu impresora, los que menos posibles problemas te producirán, los que conseguirán realizar más cantidad de impresiones. Esto es algo que deberemos calibrar nosotros mismos, y lamentablemente la única manera de realizarlo será mediante la prueba y error.
Por norma, los recambios de la marca de nuestra impresora serán los más caros. ¿Para qué arriesgarse con una tercera marca si es más cara y los resultados van a ser peores (a priori)?
Algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de elegir una tinta
No todo es tan sencillo como el conseguir menor cantidad de impresiones. Si así fuera, la elección simplemente se basaría en la cantidad de dinero que vamos a conseguir ahorrar a lo largo del año, la ecuación es fácil. También deberemos tener en cuenta factores como la calidad o los problemas de impresión.
En lo que a calidad se refiere, los fabricantes de impresoras escogen un tono concreto para cada color y ajustan el software de su dispositivo acorde a esto. Así conseguirán representar colores más fieles. Esto no puede tener mayor importancia si vamos a imprimir texto plano en blanco y negro o color puntualmente. Si nuestros trabajos necesitan una representación de las imágenes que introducimos o los colores que elegimos, una mala representación de los mismos pueden llevar al desastre.
Pero aún imprimiendo en blanco y negro, una tinta barata, si es de mala calidad puede derivar en problemas para nuestra impresora. Podemos acabar provocando bloqueos de cabezales de impresión o obstrucción de inyectores. La impresora puede quedar inservible o necesitada de un arreglo que puede llevar al traste todo ahorro que podamos realizar.
Tampoco vamos a afirmar con rotundidad que la mejor opción es siempre usar consumibles originales del fabricante de la impresora. Existen infinidad de servicios online o tiendas en nuestro entorno que ofrecen recambios de "marca blanca" de buena calidad. Por lo que hay que tener muy claras nuestras necesidades y actuar en consecuencia. Sospecha siempre de la "ganga" pero no te cierres en banda a otras opciones que pueden ser igual de validas.
Tal como apuntábamos antes, en la prueba y error está el secreto. Es muy difícil que produzcamos un desperfecto irreparable en nuestra impresora, pero deberemos estar atentos a cualquier detalle y realizar una inspección de la impresora tras utilizar un componente que no sea original de la marca que tengamos.
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