Las transferencias son el medio de pago preferido para pagar las facturas, pero no siempre el más idóneo

Las transferencias son el medio de pago preferido para pagar las facturas, pero no siempre el más idóneo
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En la inmensa mayoría de ocasiones, las transferencias son el método habitual de pago de facturas a proveedores. Según datos del Banco de España, tres de cada cuatro operaciones comerciales en 2017 se hicieron efectivas a través de este instrumento. Su facilidad de uso, la rapidez y, sobre todo, sus relativos bajos costes han hecho que sea, de largo, el medio preferido por autónomos para efectuar pequeños pagos.

En general, la práctica totalidad de las operaciones se pagan a través de este instrumento o del adeudo domiciliado, que suma un 21%. En total, un 95% del total de las operaciones comerciales se hacen efectivas a través de alguno de estos dos instrumentos, fundamentalmente debido a los bajos costes para los profesionales y a la dificultad que ponen las entidades financieras a utilizar otros métodos de pago diferentes.

Sin embargo, que sean las dos más utilizadas no quiere decir que sean las más idóneas. Hay que tener en cuenta que, dependiendo del tipo de operación, puede que nos interese utilizar un medio de pago y cobro diferente, especialmente si el pago es aplazado a varios meses y se utiliza el criterio del IVA del devengo.

En estas circunstancias, deberemos liquidar el IVA de las facturas que todavía no se han cobrado (y que en muchos casos acaban siendo impagadas), lo que en muchos casos puede acabar provocando problemas serios de liquidez. No en vano, esta ha sido la razón por la que muchas empresas y profesionales acabaron en situación de suspensión de pagos, al verse condenadas por la morosidad de algunos de sus clientes y el anticipo del pago de impuestos.

Además, la actividad transcurre de manera habitual, y no podemos dejar las compras para cuando recibamos el importe de la factura. La liquidez es fundamental, y es un recurso que no siempre está disponible por culpa del retraso en el pago de las facturas.

El descuento de efectos, el preferido por las empresas, pero lejos del alcance de los autónomos

Esta es la razón por la que muchas empresas optan por otros métodos de pago diferentes a las transferencias o los adeudos domiciliados. Entre los preferidos, aquellos que les permiten anticipar las facturas o efectos comerciales y, de ser posible, aquellos en los que la gestión de los pagos y los cobros se cede a otra entidad.

El factoring (con y sin recurso), el confirming, el descuento de pagarés, el forfaiting... son métodos de gestión de cobros y pagos en los que la empresa obtiene financiación a través de las facturas comerciales y, de paso, cede esa gestión a otra entidad.

Sin embargo, son métodos que están lejos del alcance de los autónomos, fundamentalmente por su elevado coste y la reticencia de las entidades a aceptar a profesionales individuales y microempresas debido a su mayor riesgo de mora y su inferior solvencia en comparación con otras empresas más grandes.

Abrir estos métodos de financiación a pequeños empresarios habría servido para paliar los graves efectos de la crisis económica, y en la actualidad, serviría para garantizar un crecimiento que no siempre es posible.

Imagen | stux

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