Hace casi una semana, nuestro compañero del El Blog Salmón, Raúl Jaime Mestre, nos contaba todos los detalles de la nueva Ley de Autónomos, entre cuyas medidas más importantes destacan la no obligatoriedad de cotizar si no se alcanza un determinado umbral (que se cuantificará en el SMI) o la ampliación de la cuota reducida para nuevos autónomos durante un año, en lugar de los seis meses actuales.
Se trata de una nueva vuelta de tuerca en la legislación que regula la actividad de los trabajadores por cuenta propia, que mejora la Ley de Fomento del Trabajador Autónomo aprobada a finales de 2015 y que, según estimaciones de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), servirá para aflorar alrededor de 250.000 actividades que ahora mismo no se declaran.
De hecho, desde que se introdujo la tarifa plana para emprendedores allá por el mes de febrero de 2013 como parte de las medidas para estimular el empleo, casi un millón de trabajadores autónomos se han beneficiado de la medida con el objetivo de ahorrar costes al constituir su primer negocio.
De ellos, según cálculos de Lorenzo Amor, presidente de ATA, casi el 40% han sido menores de 30 años, que era el colectivo al que inicialmente iba dirigido esta medida que posteriormente se extendió a todos los trabajadores por cuenta propia con independencia de su edad.
De hecho, la efectividad de la medida ha llevado a muchas comunidades autonómicas a ampliar su rango de validez. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid lo amplió al primer año y medio como parte de la batería de propuestas impulsadas en la campaña electoral por Cristina Cifuentes.
De lo que no cabe duda es que la reforma que preparan el PP y Ciudadanos es mucho más ambiciosa y que, sin duda, servirá para que los evitar que muchos autónomos comiencen a declarar sus actividades profesionales.
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