El valor de la inmigración

El valor de la inmigración
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Hace tiempo que se nos anuncia que los Estados Unidos de América se plantean iniciar un proceso de regulación masivo de la inmigración ilegal que reside en el país, y más allá de las consideraciones éticas, de carácter humano, económico o muchas otras, hoy aquí quiero exponer como para las empresas y para la sociedad en general que se sustenta en esas empresas una cierta bolsa de inmigración no es solo necesaria, es imprescindible.

Huelga decir que en los USA ni la inmigración es del mismo tipo que la que se vive o ya está asentada en otros países, es más la propia esencia de los USA se basa en la inmigración y ello hace que sea vivida y vista con particularidades que en otros países no alcanzamos a ver ni entender, pero a nivel empresarial y del impacto y función de las personas inmigradas como fuerza laboral las consideraciones pueden resultar parecidas, parecidas pero con una única salvedad, en los USA es una realidad mucho más asentada, no por ello menos conflictiva, pero si cotidiana y que forma parte de su estructura desde muchos más años, en realidad como ya he dicho desde la misma fundación de los USA.

Antes de entrar a valorar la inmigración como fuerza laboral quiero dar unas pinceladas de lo que ha dicho el presidente Obama en su reciente propuesta para regularizar a más de once millones de personas, creo que ha hecho unas consideraciones muy acertadas al proponer regularización y como contrapartida exigir aprender el idioma ingles y que se paguen los impuestos, pues con ello conseguimos un múltiple efecto, por una parte damos solución a un problema prácticamente irresoluble pues en caso de querer apostar por la vía de la deportación, como bien a dicho el presidente estadounidense nos enfrentaríamos a una vía salvajemente cara y logísticamente imposible, y a cambio recibimos integración a través del idioma y beneficios a través de impuestos.

Pero es particularmente en lo de “logísticamente imposible” donde quiero entrar a valorar el tema desde un prisma de los empresarios y de la fuerza laboral inmigrante, no desde la logística entendida como la forma de desplazar a once millones de personas a sus respectivos países de nacimiento y si lo vemos desde la perspectiva a empresarial y de la fuerza laboral quiero hacer los siguientes apuntes por los que considero que también la deportación masiva o reducir la masa de inmigración también es “logísticamente imposible”.

Visto desde este prisma es “logísticamente imposible” primero porque como han demostrado varios estudios, un país, en este caso unos USA sin mano de obra inmigrante paralizaría la sociedad, pero yo voy a ir más allá de ello, no nos engañemos, la inmigración es necesaria y beneficiosa para todos, poniendo coto a un flujo desmedido y que si que puede resultar nocivo, pero la inmigración controlada y dando entrada digámoslo mal a la cantidad de personas que necesita el país (otro tema es ir ajustando el flujo necesario según las distintas situaciones socioeconómicas), eso es útil y lo necesitamos todos, decir lo contrario es faltar a la verdad.

¿Y porque nos conviene, es útil y beneficia a todos?, si decimos las cosas claras y por su nombre y no como se debe decir de una forma políticamente correcta diremos que es necesario un nivel de inmigración pues por una parte permite al empresario tener acceso a una mano de obra cualificada a un precio asequible, cubre flancos que las personas nativas ya no quieren cubrir y probablemente lo más polémico que voy a decir pero bien cierto, que exista mano de obra dispuesta a dar más por menos ayuda a reajustar y reequilibrar la propia obra de mano autóctona, es decir ayuda a limar el exceso de exigencias laborales, y para mi sin que ello resulte negativo, pues no significa que proponga pagar menos simplemente, sino que quien quiera exigir más deberá aportar más, es decir dar más valor añadido, pues el servicio básico ya estará cubierto.

Y todo ello beneficiando a todos, la sociedad puede acceder a toda la gama de servicios que sino los cubriese la inmigración serian difíciles de cubrir, el empresario logra ofrecer esos servicios de una forma eficiente y asequible, el inmigrante aunque no cobre lo que desearía ya está conforme con su situación pues viene de una realidad mucho más negativa y al trabajador autóctono la competencia por abajo le debe estimular a reinventarse o bien ofrecer valor añadido, reinvención o valor añadido que posteriormente adquirirá el inmigrante cuando ya esté asentado y escale posiciones, y eso revertirá en la mejora de la sociedad, y la rueda volverá a girar.

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Imagen | bradlindert

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