900.000 jóvenes sin trabajo y sin posibilidad de tenerlo

900.000 jóvenes sin trabajo y sin posibilidad de tenerlo
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El modelo económico imperante en este país causó que muchos jóvenes abandonaran sus estudios para incorporarse como peones en empresas de la construcción con salarios razonables. Decir que entraron en el mercado laboral no sería exacto puesto que una vez explotada la burbuja sobre la que se sustentaba el sector han quedado sin trabajo y sin posibilidad de tenerlo.

Según la secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, 900.000 jóvenes desempleados no disponen del título de la ESO y muchos ya han alcanzado los 30 años, lo cual aumenta el dramatismo de su situación. Es reseñable que, por otro lado, el 13% del paro juvenil está formado por personas altamente cualificadas pero que no disponen de experiencia.

La tasa de paro entre los jóvenes está por encima del 40% y es el dato más representativo de nuestro fracaso como país: una generación que necesitará volver a estudiar para tener alguna posibilidad de acceder a un mercado de trabajo que ahora les exige una cualificación media-alta y experiencia. No solo será sacarse la ESO sino continuar con su formación y el tiempo juega en contra.

En la mesa tripartita del empleo que tendrá lugar próximamente entre el ejecutivo, los empresarios y los sindicatos pondrán sobre la mesa algunas medidas para solucionar este grave problema.

El modelo alemán, basado en una combinación de formación y contrato laboral, parece estar siendo estudiado (la UGT, por ejemplo, ha concertado reuniones con empresarios alemanes) aunque por otro lado parece descartarse el modelo de contrato único tachado de “académico” por no adaptarse a “una economía cíclica como la española”.

Este debate es posiblemente uno de los importantes que pueden tenerse en materia de empleo pues con la situación actual y una tasa de paro juvenil que dobla la media europea, no nos queda mucho margen de acción tras la insuficiente repercusión de la reforma del mercado laboral en esta materia. Tenemos que hacer algo desde ya y aún así... será tarde.

Muchas de estos jóvenes se sentirán indignados e incluso engañados por un sistema que parecía asegurarles un buen futuro pero tampoco podemos obviar la culpa que todos hemos tenido en este fracaso.

Muchos pensaron que podríamos comprar el pan de mañana vendiendo el horno y ahora que no hay pan, no sabemos dónde meter la leña.

Vía | La Vanguardia
En Pymes y Autónomos | ¿Cuan larga es nuestra vida laboral?, El ser o no ser del joven emprendedor, Los jóvenes vascos: ¿emprendedores potenciales que renuncian al autoempleo?, La contracultura del esfuerzo
Imagen | fito

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